“Hegel dice en alguna parte
que todos los grandes hechos y personajes de la historia universal se producen,
como si dijéramos, dos veces. Pero se olvidó de agregar: una vez como tragedia
y otra vez como farsa.”
Podría seguir con otras medidas de las que he expuesto en
la primera parte, convenientes desde una alternativa progresista a los
problemas de nuestro tiempo, alternativas que en muchos casos no son más que suprimir
las muy conservadoras leyes que la mayoría absoluta del Partido Popular en el
Parlamento ha aprobado. Hasta aquí creo que es fácil el acuerdo. Sin embargo a
veces percibo en algunas voces del P.S.O.E. reivindicar no ya medidas más o
menos similares a las que he descrito someramente. Un cierto radicalismo
izquierdista asoma en algunos sectores minoritarios del Partido, posiblemente
como respuesta a la aparición de una fuerza populista de izquierdas como es
Podemos. La sorpresa que ha supuesto la obtención por Podemos de cinco euro-diputados
tiene sus raíces en que mucha gente vive en condiciones en España muy difíciles, por estar en el paro o por tener trabajos eventuales con bajos salarios y no ven esperanzas de
mejora en el futuro. Además se conocen graves
escándalos de corrupción política, que nuestra justicia resuelve, no ya con las
garantías que cualquier presunto delincuente debe tener en un Estado de
Derecho, sino con lentitud, acompañada de mucha benevolencia con algunos
presuntos corruptos, como es el caso de un importante ex presidente de una Caja de
Ahorros. Esta mezcla de procedimientos judiciales interminables y de extraordinaria protección de los derechos legales de personas cuyo procedimiento judicial
podría repercutir negativamente en dirigentes actuales y del pasado del Partido
Popular produce, no sin razón, que se perciba que todos somos iguales ante la
Ley, pero unos más que otros. Este conjunto de enfermedades mal curadas de nuestra sociedad facilitan que un partido
nuevo, que nunca ha tenido responsabilidades de gobierno y con una buena
cobertura mediática tenga las puertas abiertas para recibir una porción del
voto ciudadano.
Aquellos que reclaman un P.S.O.E. radicalmente de
izquierdas, deberían repasar un poco la historia del Partido. Entre 1933 y
1937, bajo la dirección de Largo
Caballero, primero desde el Partido y la U,G,T, y desde finales de 1935
desde la U.G.T., la Izquierda Socialista del P.S.O.E. fue hegemónica , hasta la
dimisión como Presidente del Gobierno de Largo
en mayo de 1937. Aquellos sí que eran auténticos socialistas de izquierdas:” ni vestida, ni desnuda nos interesa la
República” escribía el Socialista por julio de 1934; “ que está en trance de morir la
República…nosotros decimos esto que se muera” cuenta Azaña que le manifestó Largo
en una entrevista que mantuvieron el 9 de julio de 1934.El Socialista y
Caballero se refieren aquí a la República del 14 de abril. Como ahora está
de moda hablar de la permanente vocación republicana de los socialistas, parece
que en 1934 no era muy intensa esta vocación. Pero no solo maldecían a la República
del 14 de abril sino que el 4 de octubre declararon la huelga general
revolucionaria acompañada de la acción de milicias más o menos armadas. No me
extenderé en comentar unos acontecimientos que figuran en cualquier historia de
la República o del P.SO.E. El “Lenin”
español dimite de la Presidencia del Gobierno en mayo de 1937, en plena guerra
civil. En los años venideros la herencia de Largo y afines es un P.S.O.E. envenenado de divergencias políticas
de fondo y rencillas personales. Tanto es así que en marzo de 1939 se produjo
un hecho con pocos precedentes en la historia de cualquier partido: un golpe
político- militar dirigido entre otros por Besteiro y el coronel Casado,
apoyado por la mayoría del P.S.O.E., que derroca a un Gobierno presidido por
otro socialista Negrin. Como
resultado de estos acontecimientos y del exilio el P.S.O.E. desapareció casi
totalmente de la resistencia política anti-franquista.
Los Congresos de Toulouse en 1972 y Suresnes en 1974 constituyeron de hecho la
refundación del P.S.O.E., con Felipe
Gonzalez como Secretario General, iniciándose una nueva etapa que dura
hasta hoy. Pero la historia sirve entre otras cosas para no repetir los errores
del pasado y la radicalización socialista de 1933-37 llevó al P.S.O.E. al borde
de la extinción.
Cada planta necesita un terreno para
desarrollarse y crecer bien. Puedes cambiarle los abonos, las horas de sol, el
tiempo de riego. Estas medidas podrán ayudarla a crecer, pero si la trasplantas a un
terreno muy diferente no crecerá o morirá. El terreno de la socialdemocracia,
al menos desde Kausky y Berstein hace un siglo, es él reformista. No podemos
trasplantar la planta social-demócrata al terreno del radicalismo izquierdista. Para
eso los ciudadanos preferirán los originales, no las copias.
Creo que este resurgir con cierta fuerza
de las opciones izquierdistas en el P.S.O.E. obedece a varios factores. Uno de
ellos la aplastante derrota electoral en todas las elecciones del año 2011, que
han dejado al Partido Socialista con un mínimo poder institucional y el número
más bajo de diputados nacionales desde 1977. El P.S.O.E. después de ser
desalojado del Gobierno en las elecciones de 1933, en parte por los errores
estratégicos de Largo Caballero que era tan buen sindicalista como pésimo
político, inició ese viaje a la extrema izquierda que ya he comentado antes. Vamos
que en el P.S.O.E, y probablemente en otros Partidos socialistas europeos hay
una cierta tradición de girar a la izquierda cuando se pierde el poder.
Tampoco creo que esa combinación de estar en
la oposición con prácticas más izquierdistas sea exclusiva del P.S.OE. Pondré
un ejemplo relativo a Izquierda Unida ( a partir de ahora I.U ). Una diputada
provincial valenciana de I.U , en los días precedentes a la toma de posesión de
su puesto de Felipe VI colgó en el exterior de su ventana una bandera
republicana. No comentaré si tenía
derecho a hacerlo o no .Lo que me interesa de la bandera republicana colgada es que no recuerdo haber leído en
ningún medio de comunicación que los consejeros andaluces de I.U , que seguro
que en sus despachos tienen ventanas más grandes, colgaran ninguna.
Es evidente que ni la España de hoy, ni el
P.S.O.E. tienen nada que ver con 1933,
por lo que por intensas y negativas que
puedan ser las consecuencias de que el P.S.O.E. acentuara en demasía su “giro a
la izquierda” nunca serán tan dramáticas como las de 1933-37. Para aclarar
mejor lo que intentó explicar: estoy tratando más un problema teórico que de
política inmediata. Las opciones internas que representan Sanchez y Madina, los
probables vencedores de la votación de hoy – recuerdo que está escrito este
artículo ayer domingo -son poco susceptibles de aventuras izquierdistas.
Y aunque ocurriera una improbable victoria de Tapias, este me pareció bastante inteligente, por lo que no hay
peligro de que surja un nuevo Largo
Caballero, ni siquiera adaptado a nuestro tiempo.
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