jueves, 17 de julio de 2014

El Manifiesto de los cincuenta (II)

Quisiera en este punto volver a recordar que ya en la primera parte de mi artículo “el giro a la izquierda del P.S.O.E., editado el 13 de julio expliqué las razones de mi rechazo a cualquier referéndum consultivo, por lo que veo innecesario repetir los argumentos que allí expuse. Sólo que si el referéndum no es ninguna solución, tampoco lo es la intransigencia que rezuma el Manifiesto que llamo de los Cincuenta,  impregnado del más rancio nacionalismo españolista. No se puede estar hablando, con razón, de la cerrazón del nacionalismo catalán y practicar la misma intransigencia desde Madrid. El artículo segundo de nuestra Constitución, que tanto gustan citar nuestros defensores de la unidad de la nación española, también recoge “la autonomía de las nacionalidades y regiones”. No creo que se pueda discutir que Cataluña es una nacionalidad, con todo lo confuso que pueda ser este concepto. Lo que no es señal de honradez intelectual es escoger de nuestra  CARTA MAGNA lo que a cada cual le gusta, y pasar de puntillas sobre lo que no. Antes de citar alguna “perla“ más del manifiesto estival de “Libres e Iguales “ voy a dedicar unas líneas a otro insigne firmante del manifiesto Joaquín Leguina.

Santanderino de origen fue el primer y último de momento Presidente socialista de la Comunidad de Madrid. Leí no hace mucho tiempo su libro “Historia de un despropósito-Zapatero, el gran organizador de derrotas”. El título del libro es inequívoco de su contenido. Muy duro con Zapatero es innegable que algunas de sus críticas son razonables .Cita una frase de una de sus ministras  de confianza, Carmen Chacón, cuando  declaró que “ella era pacifista y el Ejército español también lo es “. Lo de un Ejercito pacifista yo lo interpretó como una versión peculiar de la vieja máxima “si quieres la paz, prepara la guerra”. De ser correcta mi interpretación de la frase de Chacón creo que exageró un poco, pues nuestras Fuerzas Armadas, aunque modernizadas durante la democracia, no creo que sean especialmente temidas en el mundo. Tampoco estoy seguro de haber interpretado bien a la exministra de Defensa pues siempre ha privilegiado lo mediático al rigor. Lo anterior es un ejemplo de las muchas referencias críticas del libro  a la gestión de Zapatero y sus ministros.

El libro de Leguina  además de algún acierto ya citado tenía una clara tendencia derechista y centralista. Lo primero resulta extraño en un veterano socialista, que fue testigo directo del golpe de Pinochet en Chile donde estaba en esos dramáticos momentos, no como asesor socialista del malogrado Allende, si no como demógrafo de las Naciones Unidas. Lo segundo es menos extraño pues aunque nacido en provincias es madrileño, más que los propios madrileños, y comparte con muchos de ellos, no todos,  de derechas o izquierdas, una arraigada incomprensión para todo lo que ocurre fuera de la Meseta.

 Aquí me voy a permitir contar una pequeña anécdota personal que me ocurrió en el remoto Berlín Oriental  que refuerza mi opinión sobre la dificultad castellana de entender por ejemplo la importancia de las otras lenguas del Estado en sus Comunidades Autónomas .Un vallisoletano y yo siendo ambos concejales socialistas, el en Valladolid, yo en Valencia, coincidimos en Berlín. Nos desplazamos en metro, junto a otros compañeros a conocer una tarde el Berlín Oriental.  Al llegar a  la parada en Berlín comunista  había que hacer cola, en el mundo comunista siempre se hacía cola hasta para tomar café y esto es literal. Para entretener la espera conversamos los dos .En  la cola estaríamos media hora, no seríamos muchos  los visitantes al Berlín Oriental, pero había que rellenar un formulario, pagar una tasa, me parece que en marcos occidentales, cambiar un mínimo de moneda, todo ello para estar una tarde en el Berlín del Proletariado. Dejaré para otro momento mis impresiones sobre este Berlín y volveré a la conversación con mi correligionario vallisoletano. Salió el tema de las otras lenguas del Estado que no son el castellano y me explicó que era absurdo enseñarlas y difundirlas, cuando el castellano lo hablaban cientos de millones de personas, cantidad que ni de lejos alcanzaban el catalán, el vasco o el gallego. Su argumento tenía una respuesta fácil: siendo el inglés más universal todavía que el castellano por esa regla de tres tal vez en Valladolid debería enseñarse y difundir el inglés, y abandonarse paulatinamente el castellano. Más o menos en ese momento llegó él vallisoletano a la ventanilla de control policial y tuvo que poner sus cinco sentidos en cumplir los trámites ya citados, pues además de ser engorrosos, estaba la dificultad añadida que el policía de fronteras no sabía ni valenciano, ni castellano y ni siquiera inglés. Ahí acabo la conversación y ya no nos volvimos a encontrar en el populoso Berlín Oriental, era Uno de Mayo y se notaba que esa fiesta allí era muy importante, pues hasta las ocho de la tarde la ciudad estaba llena de gente


Mi pequeña anécdota personal, podría contar otras, y la lectura del libro de Leguina han provocado que no me extrañe que ocupe  D. Joaquin un  importante lugar entre miembros de la  nueva asociación. Coinciden sus ideas con trasfondo del manifiesto y además tiene  de compañero a un Premio Nobel de Literatura. Leguina, polifacético no sólo en política, es novelista, y seguro que entre cornada y cornada al “nacionalismo reaccionario catalán “, aprovechó la ocasión para hablar entre colegas, con Vargas de las claves intimas  de las buenas novelas. No me extrañaría que le pidiera que le prologara su próxima novela.  Vargas, por lo menos antes del Nobel, era muy aficionado a prologar libros, dominando el género prologuista muy bien pues creo que es tan buen escritor como “tiene poco talento para el pensamiento conceptual. Afirmo esto último con un mínimo conocimiento del  tema. Tanto su prólogo a “Madame Bovary” de Flaubert, como el de “el cero y el infinito “de Koetsler, aunque leídos con una diferencia temporal de veinticinco años, primero leí el de la Bovary, me parecieron excelentes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario