miércoles, 30 de julio de 2014

ZAPATERO ( SEGUNDA PARTE)




Por aligerar el relato pasaremos deprisa por el año 2007. El 30 de diciembre de 2006 se produjo el atentado de ETA en la nueva terminal del Aeropuerto de Barajas, que causó además de importantes daños materiales, la muerte de dos ecuatorianos. En aquellos momentos se mantenía una tregua de ETA desde marzo de 2006. ETA lo llamó “alto el fuego permanente”, siempre les ha gustado la terminología militar. Zapatero en un desafortunado “lapsus”, en una reunión de presidentes autonómicos, calificó el atentado de accidente, aunque al parecer inmediatamente corrigió el error. En cualquier caso el daño ya estaba hecho, y la prensa conservadora, desde el  principio opuesta al “proceso de paz”, con la dosis de oportunismo a la que nunca hace ascos, pues no estaban tan lejos las conversaciones con ETA del gobierno Aznar, se ensañó con el “lapsus”. Las iniciativas de diálogo con ETA se suspendieron después del atentado. Otro confuso asunto vino a perjudicar la imagen del gobierno Zapatero en un tema en que, por razones lógicas, la sensibilidad ciudadana, estaba a flor de piel. Me refiero al caso De Juana Chaos.
No es el momento de entrar en detalles de la sangrienta biografía de De Juana Chaos. El caso es que estando encarcelado y después de varias huelgas de hambre,  el 1 de marzo de 2007, el Ministerio de Interior resolvió concederle la prisión atenuada, lo que implicó su traslado a un hospital del País Vasco y su posterior reclusión en su domicilio particular. Ya en casa se paseaba tranquilamente por San Sebastián con su novia, lo que al menos en la imagen que transmitían diariamente todos los informativos de los medios controlados por el PP, como Canal Nou, producía la impresión de una prisión atenuada por razones poco claras. Era algo así como un trabajador de baja por lumbalgia  que luego aparezca por televisión corriendo el medio-maratón urbano. Con el agravante en este caso que De Juana Chaos no fallaba al trabajo por razones injustificadas sino que se ausentaba de la cárcel por razones médicas. En junio de 2007, después del alta hospitalaria, volvió a prisión. El daño pequeño ya estaba hecho. Digo pequeño porque Zapatero con el tiempo causaría daños a la sociedad española y al PSOE mucho mayores.
Llegamos al 2008. Pese a estar en los albores de la crisis económica, el paro registrado en enero del 2008 fue de 2.261.925 personas, cifra alta pero que es la mitad del registrado en junio de este año  4.449.701 personas. En general en aquellos momentos la situación socio-económica era todavía buena, tanto por el ciclo alcista que había vivido la economía española hasta 2007, como por las medidas progresistas adoptadas en la primera legislatura por Zapatero. Pese a ello no consiguió la mayoría absoluta en el Parlamento español. El PSOE en las elecciones de 2008, alcanzó 169 diputados.
 Aquellas elecciones fueron el canto del cisne del Zapatero. Salvo la Ley  Orgánica 2/2010, de 3 de marzo, más conocida como Ley del Aborto, nada hizo bien y nada le salió bien. Teniendo a un excelente ministro de Hacienda como lo era Pedro Solbes, aunque su libro de rencores mal digeridos recientemente publicado sea poco afortunado, lo cesó el 7 de abril de 2009. Cuando viene un ciclón, como lo ha sido la crisis económica de los últimos siete años, nada mejor para un capitán que tener un buen piloto a su lado. Solbes lo era. En su lugar nombró a  Elena Salgado. Tenía un dilatado “curriculum” de ministra con Zapatero. Lo fue de Sanidad donde impulsó en el año 2007  el ante-proyecto de la Ley de Prevención del Alcohol entre Menores, en la que equiparaba el consumo de vino al de otras bebidas alcohólicas. Pese a ser economista al parecer desconocía que junto a Francia e Italia somos los mayores productores de vino del mundo, por lo que su intento de prohibición del consumo del vino en los menores de 18 años provocó tal reacción de uno de nuestras principales sectores económicos, que Zapatero le forzó a retirarla. Desgraciadamente los momentos de lucidez de Zapatero, como éste, no fueron lo frecuentes que hubiera convenido. No se sintió desautorizada como aseguró en unas  declaraciones a la Cadena Ser. Aquel perfil dócil era el que quería nuestro Presidente para los momentos difíciles que ya se vivían, y que casi todo el mundo presagiaba peores. Por lo que parece  D. José Luis sólo se dio cuenta del alcance de la crisis cuando Salgado le avisa del ultimátum del Directorio Europeo en la noche del 9 al 10 de mayo; o se toman medidas para atajar el déficit o Intervención. El ultimátum europeo fue reforzado con llamadas sucesivas de Obama y  el Presidente de China en la misma línea.
En su dramático discurso en el Parlamento anunció nuevas medidas de ajuste, que suponían un giro absoluto en la política económica que hasta entonces se había practicado. Terminó sus palabras con las solemnes palabras ” cueste lo que cueste y  me cueste lo que me cueste”, que sonaron a un  hombre que despierta de un sueño apacible y de pronto descubre que la tierra se está abriendo bajo sus pies. Sonaron a despedida. No se equivocó. Le costó y nos costó mucho. En el año y medio que quedaba de legislatura quebró sus hasta entonces buenas relaciones con los sindicatos, que en septiembre convocaron por primera vez durante su Presidencia una huelga general. Por otro lado la falta de resultados inmediatos en frenar el incremento del desempleo o del déficit público, los aumentos inevitables de la fiscalidad, la congelación de buena parte de las pensiones, la disminución de las retribuciones de los funcionarios, la primera reforma laboral, supusieron que el PSOE perdiera simultáneamente votos por la izquierda y por la derecha. Probablemente en aquellos días de mayo de 2010 el margen de maniobra de Zapatero era escaso. Erróneas decisiones suyas anteriores y de su antecesor Aznar contribuyeron a que la crisis financiera y luego económica europea tuviera en España consecuencias más graves que en otros países. En todo caso los resultados fueron desalentadores. Al finalizar su gobierno en 2011 el número de desempleados era de 4.422.359 desempleados. Se había doblado en cuatro años.
En los últimos meses de su gobierno, en  2011, cuando ya había renunciado a ser candidato a las siguientes elecciones Zapatero quiso despedirse haciendo un par de favores a los poderes fácticos. En la primavera de 2011 aprobó la instalación en Rota de una base americana anti-misiles. Estas bases, en lo que yo conozco, sólo se han instalado en antiguos países dominados por la Unión Soviética como Polonia o Chequia. Seguramente así zanjaba el desaire al amigo americano con su pronta retirada de las tropas de Irak. Aunque  en 2011 era presidente Obama, que siempre fue contrario a la invasión de Irak, por lo que no es razonable suponer que en sus escasos encuentros le reprochara la retirada de tropas. El otro favor fue indultar  al vicepresidente y consejero delegado del Banco Santander, Alfredo Sáenz, en el primer Consejo de Ministros después de las elecciones del 20 de noviembre. Se cuenta que Zapatero se calificó a sí mismo como el Presidente de Gobierno más de izquierdas en España desde Negrín. Dejaremos para otro día si Negrín estaba a la izquierda o al  Este. En cualquier caso instalar bases militares extranjeras e indultar banqueros no parecen gestos de despedida de un hombre de sólidas convicciones izquierdistas.
Zapatero en sus siete años y medio de Presidente de Gobierno tiene luces y sombras. Desgraciadamente para él las sombras se acumulan en sus últimos años  de Gobierno. Nadie negará que la herencia que legó a su sucesor  a principios de 2012 era  bastante peor  que la que él había recibido cuando fue elegido Secretario General en el año 2000.
 La sombra de Felipe Gonzalez es alargada. Al menos mientras viva, comparado  con él, aunque sea una comparación inconsciente, a cualquier Presidente de Gobierno socialista le resultará difícil no parecer una figura menor .Zapatero lo es también sin la sombra.


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