miércoles, 16 de julio de 2014

El Manifiesto de los Cincuenta (I)


Digo, pues, que el problema catalán es un problema que no se puede resolver, que sólo se puede conllevar”

Ayer  distintos medios de comunicación informaron de la presentación  de un manifiesto suscrito por  intelectuales, algún político de segundo o tercer  nivel o retirado de la primera línea e incluso un ex-Secretario General de Comisiones Obreras. Como en anteriores ocasiones publicaré este artículo en varias partes, cuatro en total. El manifiesto se presenta como “aviso para navegantes “de  los riesgos que puedan surgir para la unidad nacional de la próxima entrevista entre Rajoy y  Artur Mas. Ya escribí sobre lo que genéricamente podemos llamar “el problema catalán”, en mi artículo de 13 de julio, correspondiente a la primera parte de “el giro a la izquierda del P.S.O.E.” Por tanto evitaré  repetir lo que, con mejor o peor fortuna, ya he escrito sobre este tema. En el manifiesto declaran los firmantes” que vigilaran cualquier negociación entre dirigentes políticos y responsables institucionales, incluida la que pudieran emprender el presidente Mariano Rajoy y el president Artur Mas a partir de su anunciado encuentro”.

Para empezar como introducción a cuál es mi opinión del Manifiesto pienso sinceramente, que si en vez de  firmarse por invitación, lo hubieran colgado en internet, para conseguir más firmantes, se hubieran encontrado con la desagradable sorpresa que se adhiriera a él el ex - teniente coronel Tejero. Ya le pasó al Partido Popular con un manifiesto contra el Estatuto catalán. Los peligros de la red. Tal vez de entrada el anciano espadón tendría algún reparo con pasajes del manifiesto  como “evitar que en esas conversaciones se limiten derechos fundamentales o se incurra en tentaciones extraparlamentarias “. Se podría sentir aludido por el final del párrafo, pues asaltar con una fuerza armada el Parlamento se puede considerar una “tentación extra-parlamentaria”. Pero estoy seguro que vencería sus posibles reparos a firmarlo cuando leyera que la cuestión catalana  es "el problema más grave que se ha planteado en el país desde la muerte de Franco". Seguro que el militarote golpista pensará que el problema más grave de España es que se muriera Franco. El “hecho biológico”, como se llamaba pudorosamente a la cercana muerte de Franco en la agonía del régimen era inevitable, y el mismo dictador se dio cuenta de ello cuando escribió su “Testamento”. Por acabar con esta digresión, ¿qué Tejero  lo firma si pudiera ?Seguro. Descarto  que no sea una de las razones de que no hayan abierto el Manifiesto a la ciudadanía: la posibilidad de encontrarse con malas compañías.

Antes de comentar lo que se informa en los medios del contenido del manifiesto y su trasfondo, por si alguien no lo conoce, introduciré  un par de detalles narrativos. El manifiesto se presenta en una modesta fonda madrileña llamada restaurante Lhardy, la tarde del 14 de julio. Posteriormente unos cuantos de los firmantes  acudieron a la puerta del  Congreso de Diputados,y se fotografiaron ocupando el centro de la foto Vargas Llosa, que parece ser el cabeza visible  del nuevo movimiento. Es justo admitir aquí que los integrantes de “Iguales y Libres” demostraron cierta capacidad de sacrificio por sus ideas. La foto de la presentación del Manifiesto, se debió hacer  a las cinco o las seis de la tarde,  y en la canícula madrileña de julio, sin ningún toldo o protección, muchos con chaqueta y alguno con corbata como Leguina; estar en esas condiciones un buen rato al sol tiene su mérito. Es verdad también que ese  abrasador calor juliano madrileño lo sufrimos los acostumbrados a vivir cerca del mar, cuando vamos a Madrid.No es menos cierto  que catalanes conocidos sólo se distingue a Boadella o Arcadi Espada  en la foto, por lo que pudiera ser que los demás defensores “de la  mayoría callada e inhibida del 75% de los catalanes", vivan en Madrid.

Los firmantes están encabezados por Vargas Llosa, supongo que en calidad de Premio Nobel de Literatura. Vargas afirmó que  "a ratos da la impresión de que lo que existe es más bien un monólogo que silencia a un sector importante  de la sociedad catalana “. El Nobel peruano vivió en Barcelona desde 1970 a 1974. Según cuenta el mismo al partir de Londres hacia Barcelona fumó su último cigarrillo. Después, ya en Barcelona convenció a su amigo de entonces García Márquez para que también lo hiciera. Tal vez piense que su estancia en Barcelona le ayudó a librarse de la maldición del tabaco y por eso agradecido a Cataluña se sigue preocupando de los problemas de sus habitantes, pese a que ahora vive a caballo entre  NuevaYork, Londres, Madrid y vaya Usted a saber que otra ciudad, que para eso es premio Nobel y cosmopolita. Por su Perú natal va poco. A lo sumo para recoger materiales para alguna nueva novela. En todo caso de haber algún monólogo en la Barcelona que él vivió en los años setenta no creo que fuera el catalanista, ni que en esos tiempos  el sector “españolista” de la sociedad catalana estuviera silenciado.

Vargas Llosa me parece que ha cogido afición después de su merecido Premio Nobel de  hablar de lo que conoce y de lo que no conoce. Cela también tenía esa costumbre, creo que antes de ser Premio Nobel. Juan Ramón Jiménez se murió al año de que se le concediera el Nobel, por lo que poco pudo hablar. Aleixandre mantuvo su habitual discreción. Y Echegaray y Benavente nadie se acuerda de lo que dijeron y a nadie le importa, salvo a algún estudiante de Literatura Hispánica que haga su tesis doctoral sobre alguno de ellos.

El escritor británico  Somerset Maugham escribía en su ensayo literario escrito en 1954 “ Diez grandes novelas y sus autores” “ estos grandes escritores eran inteligentes, aunque no llamativamente intelectuales. Su ingenuidad, cuando se trata de ideas generales, suele ser sobrecogedora…Tienen poco talento para el pensamiento conceptual.”Maugham escribe sobre Balzac, Dickens, Dostoievski, Tolstoi…Por razones estrictamente cronológicas en ese momento no debía saber nada de Vargas Llosa, entre otras razones porque en 1954, con dieciocho años,  no había escrito nada, excepto alguna redacción escolar. Tampoco estoy seguro que de haber conocidos premonitoriamente la gran obra literaria de D. Mario  y su talento para el pensamiento conceptual hubiera cambiado su opinión sobre las frecuentes limitaciones intelectuales de muchos grandes escritores . Termino aquí con el “buque insignia” de los miembros de la asociación cívica “Libres e Iguales “.


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