domingo, 13 de julio de 2014

El giro a la izquierda del P.S.O.E.(I)


Escribo este artículo a lo largo del sábado 12 y domingo 13 de julio, aunque mi intención es publicarlo en en tres partes, pues la importancia de las cuestiones que abordó – con más o menos  lucidez - lo hace más conveniente en este formato. Cuando se lean las partes segundas y terceras de este trabajo ya se conocerán el resultado de la elección del nuevo Secretario General del Partido Socialista (a partir de ahora P,S,O,E,). Lógicamente yo también lo conoceré pero no pienso modificar una línea pues para la finalidad de lo que  escribo es indiferente este resultado.

En los debates y distintas propuestas de los candidatos se ha creído entender por muchos comentaristas políticos  una coincidencia entre los tres aspirantes a la Secretaría General del P.S.O.E. en plantear “un giro a la izquierda” del Partido.

 El tercero en número de avales previos conseguidos, Perez Tapias, pertenece  a la corriente  Izquierda Socialista, por lo que tenía limitado este giro. Si un tornillo lo giras demasiado en uno u otro sentido lo puedes pasar de rosca y convertirlo en inútil. Tapias,  por lo que pude ver  en el debate que mantuvieron los candidatos, es un hombre un hombre cabal y consciente de los límites del “giro a la izquierda”, y sólo formuló dos propuestas sustancialmente diferentes a las de sus oponentes, Sanchez y Madina. Un referéndum para decidir la forma de Estado, que sí que se podría considerar más a la  izquierda, y permitir la consulta catalana sobre el llamado “Derecho a Decidir”. Esta segunda es mucho más discutible que sea una seña de identidad de la izquierda pues favorecer las ansias independentistas de una parte de la sociedad catalana se puede considerar tan de izquierdas como de derechas. El argumento que se utiliza para defender desde la izquierda, y aquí no sólo me refiero a la socialista, esta opción es que  siempre es democrático que la gente vote sea lo que sea lo que se vote.

Ya Pericles en su clásico discurso fúnebre homenajeando a las víctimas atenienses en la guerra del Peloponeso en el año 431 antes de la Era Común, hace casi 2.450 años,discurso  recogido en la obra de Tucídidesla Guerra del Peloponeso” afirmó ”este régimen se lo ha llamado democracia…en los asuntos públicos jamás obramos ilegalmente y acatamos las leyes”. Y así es  hace casi 2.450 años y ahora. Uno de los fundamentos de la democracia, no el único, es el acatamiento  de las leyes democráticamente promulgadas. En nuestro caso la Constitución. Se cita en ocasiones como cobertura legal del referéndum catalán el artículo 92.1 de nuestra Carta Magna. No soy, ni de lejos, experto constitucionalista. Pero cuando refiriéndose a las referéndums  consultivos termina el punto primero del artículo con la expresión “todos los ciudadanos”, es claro que afecta la consulta a todos los españoles, no sólo a los catalanes. La consulta planteada por Convergencia y Unió y Esquerra Republicana de Cataluña para el pueblo catalán en exclusiva es ilegal. Lo que no quita que tenga un importante apoyo de un sector amplio y muy activo socialmente del pueblo catalán. Sin duda en la reforma pendiente y cada vez más urgente de la Constitución habrá que dar una solución  política, al menos al sector menos radicalizado del nacionalismo catalán.
Perez Tapias en el debate de candidatos  ya mencionado arguyó a favor de permitir el “referéndum consultivo”, no vinculante, como una forma de conocer lo que opinan los catalanes. Llevaremos este argumento a sus consecuencias finales; se realiza en Cataluña el referéndum consultivo, supongamos que vence una mayoría partidaria de la independencia, y luego qué, ya sabemos lo que opinan, y desde el Gobierno o el Parlamento Español se les contesta que esa opinión mayoritaria es muy interesante de conocer pero como choca frontalmente con el artículo segundo de la Constitución española, lo que tienen que hacer los partidos independentistas catalanes es a través de sus diputados en el Parlamento Nacional   iniciar los trámites para modificar ese artículo. Iniciativa condenada al fracaso pues la mayoría del Parlamento Español rechazaría la propuesta independentista. Resultado final, posible, del referéndum que proponía Tapias sería  incrementar la frustración en ese amplio sector de la sociedad catalana movilizada por la independencia y hacer más difícil aún una solución pactada a este grave problema de todos los españoles.

Si me extendido en este punto de la propuesta ¿de izquierdas? de Tapias es porque ni es más democrática que otras, la democracia exige el acatamiento a las leyes, ni es viable, y no sólo no solucionaría “el problema catalán” sino que lo agravaría. He pasado de puntillas sobre el otro referéndum en el candelero, el de la Forma de Estado, no por no considerarlo importante. Sencillamente porque su complejidad lo hace merecedor de un artículo en exclusiva.

Volviendo al giro a la izquierda más o menos propuesto por todos los candidatos. Yo si ese giro supone restablecer nuestros servicios públicos esenciales fuertemente dañados por el Gobierno del Partido Popular, incrementar la protección laboral de los asalariados perjudicada en cada reforma laboral, que mientras existan cinco o seis millones de parados asegurarles una decente cobertura vital mediante el subsidio de desempleo, y seamos realistas la mejor política económica posible no va acabar con nuestra muy alta tasa de desempleo ni en un año ni en dos , pues bien yo con ese giro a la izquierda estoy de acuerdo.

También coincido con la conveniencia de denunciar el Convenio con la Santa Sede. En este punto creo que la definitiva conversión de España en un país laico exige otras medidas complementarias como es no ya que la religión no sea una asignatura más optativa sino su definitiva erradicación de la escuela pública. La supuesta enseñanza de religión no es enseñanza sino proselitismo católico pagado por el Estado. El respeto a la libertad religiosa está perfectamente protegido por los colegios religiosos privados y la catequesis parroquial. Harina de otros costal es que existan asignaturas como  “La influencia social de las distintas religiones a lo largo de la Historia”, o como se le quiera llamar.  Sin duda esta medida exige la paulatina eliminación de la enseñanza religiosa concertada, pues es  poco probable que en un Colegio religioso, dirigido por sacerdotes, monjes monjas, no se enseñe religión. Que esto no fuera posible en 1982 por la falta de escuelas pública es comprensible. Pero que no se haya resuelto en más de treinta años, con más de veinte años de gobiernos socialistas, es llamativo. 

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